¿Inquisición
Verdad o Falacia?
Los historiadores están ahora evaluando
la Inquisición de manera diferente a cómo ha sido vista
hasta ahora por católicos y no católicos. Esta visión
a manera de leyenda negra ha sido promovida por los enemigos de la Iglesia.
¿Qué revelaron los Archivos
Vaticanos?
Sucedió que, después de estudiar
los Archivos Vaticanos sobre la Inquisición, abiertos al final
del Pontificado de Juan Pablo II, periodistas e historiadores van concluyendo
que hay muchos mitos que desmontar en nombre de la verdad histórica,
pues se ha podido verificar que la historia que hasta ahora hemos conocido
sobre la Inquisición está llena de mitos fabricados de manera
interesada.
Bien apunta el Periodista Víctor Messori
(co-autor de varios libros de Juan Pablo II), que muchos de los
ataques contra la Inquisición fueron alentados por “la propaganda
protestante en el marco de la lucha contra España por la hegemonía
en el Atlántico”. Es decir, lo que se esconde en
esos ataques es una motivación geopolítica de una época.
Y esos ataques y exageraciones repetidos a lo largo de los siglos
han creado una especie de leyenda negra sobre la Inquisición.
Así que, lo que hemos oído y
visto en libros (ahora magnificado en los medios de comunicación
social) “fueron realmente la excepción”, según
Messori. Y, aunque no se pretenda defender los abusos que pudo
haber habido, “el pasado hay que valorarlo según sus categorías,
no según las nuestras”, apunta el periodista.
Adicionalmente, Messori explica
lo siguiente: “la actividad de aquellos tribunales se inspiraba
en la necesidad de proteger la vida social, cuya tranquilidad se basaba
en una fe común; y estaba movida por el ansia sincera de practicar
la más alta de las caridades: la espiritual.
Continúa su explicación el periodista:
“Así como las autoridades de hoy en día consideran
su obligación la tutela de la salud de los ciudadanos, la Iglesia
católica estaba convencida de tener que responder ante Dios de
la salvación eterna de sus hijos. Salvación que corría
peligro a causa del más tóxico de los venenos: la herejía.”
La periodista venezolana Marina Jacinto, refiriéndose
a la apertura de los Archivos del Vaticano sobre el tema de la Inquisición
comenta lo siguiente: “Los resultados publicados en las
actas de los estudios vaticanos indicaron que había muchos mitos
que desmontar en nombre de la verdad histórica”.
“En primer lugar, las actas
indican que las torturas, los autos de fe (muerte en la hoguera), entre
otros castigos para los feligreses condenados por estos tribunales eclesiásticos
no fueron tantas como el imaginario colectivo supone, ya que la
abundante literatura anti-Inquisición publicada en los países
protestantes abultó sobremanera las cifras”. Es
decir, adicional a la escondida motivación geopolítica de
que habla Messori, aquí observamos otra falacia: la alteración
de la estadística.
Descubrimientos Estadísticos:
“La tortura”, continúa
la Periodista, “no fue tan frecuente como se ha creído, pues
las actas señalan que la Inquisición torturó en el
10% de los casos. Se menciona que morían más presuntas brujas
en los países protestantes a manos de los tribunales civiles, que
en países católicos a manos de la Inquisición. Ésta
quemó por supuesta brujería a 59 mujeres en España,
36 en Italia y 4 en Portugal, mientras que en Europa los tribunales civiles
juzgaron por el mismo delito a cerca de 100 mil mujeres. De ellas 50 mil
fueron condenadas, 25 mil sólo en Alemania, en la pira purificadora,
durante el siglo XVI por los protestantes seguidores de Martín
Lutero”.
Y, contrario a lo que han difundido
los enemigos de la Iglesia, la Inquisición fue diseñada
para proteger al acusado, utilizando métodos de investigación
justos y aceptables. La verdad es que fueron más las personas exoneradas
que las condenadas.
Preferían los Tribunales de la
Inquisición que los civiles:
Más aún, los tipos y los grados
de los castigos infligidos por la Inquisición Española,
la mayoría de las veces eran más suaves que los utilizados
por las cortes civiles. De hecho, a pesar de que hoy en día los
métodos puedan ser considerados como procedimientos lamentables,
muchos investigados preferían ir a los tribunales de la Iglesia
que a los civiles. Y se conocen casos de personas que blasfemaban
para ser llevados por ese motivo a la Inquisición, donde serían
tratados con más ecuanimidad y justicia.
La Iglesia no teme la verdad histórica,
ahora demostrada por estas veraces investigaciones. La Iglesia tampoco
teme reconocer errores y abusos. De allí que el Papa Juan Pablo
II -durante las celebraciones del milenio realizadas por la Iglesia Católica
en el 2000- pidió perdón por los pecados cometidos por los
católicos en nombre de la fe, a lo largo de la historia, incluyendo
los abusos cometidos durante la Inquisición
¿Qué fue la Inquisición
y cuál es la verdadera historia?
Para los no-Católicos la Inquisición
es un escándalo. Para los Católicos una vergüenza.
Y para todos, una confusión.
Entonces, hay que saber y tener en cuenta
que la historia sobre la Inquisición ha sido escrita en
su mayor parte por los detractores y enemigos de la Iglesia Católica.
Y he allí el primer problema de apreciación.
“Inquisición” significa
investigación. Pero ha sido tan extendida la crítica
a la Inquisición, que en el léxico común se ha tomado
esta palabra como sinónimo de intolerancia, fanatismo, crueldad,
averiguación injusta, etc.
Históricamente fue un tribunal legal
de la Iglesia, el cual era administrado en cooperación con la autoridad
civil, con el fin de investigar y sentenciar a personas que profesaban
o eran acusadas de alguna o algunas herejías.
Juzgar las cosas según costumbre
y mentalidad de su época:
Por ejemplo, en esas épocas no
existía la libertad de conciencia. Tampoco la
separación de la Iglesia y el Estado, autoridades que
se confundían en una sola. El ciudadano tenía que
seguir la religión del rey, por lo que un delito en el
campo religioso era considerado como atentatorio contra la autoridad civil.
Adicionalmente, según la costumbre de aquel tiempo, para
lograr la declaración de los acusados era aceptable utilizar la
tortura.
Así que, en todo lo que a continuación
explicaremos hay que considerar que lo que hoy puede parecer un
horror, hace siglos eran prácticas comunes en esas épocas,
tan generalizadas que otras religiones también practicaban inquisiciones.
De hecho, los Protestantes y los Musulmanes practicaron sus respectivas
“inquisiciones”, además de aplicar la tortura a quienes
representaban un peligro para su religión y para el Estado.
Inquisiciones
en la Biblia:
Increíble, pero cierto. Dios ordenó
al pueblo hebreo a realizar “investigaciones”, para descubrir,
juzgar y condenar a los que se adherían a ídolos o falsos
dioses y les rendían culto. Además les daba la metodología
para tales investigaciones y el castigo.
“Si, en medio de ti, en alguna de
las ciudades que Yavé te dará, un hombre o una mujer hacen
lo que desagrada a Yavé, hasta quebrantar su alianza, si va a servir
a otros dioses y se postran ante ellos ... en cuanto te lo denuncien o
en cuanto lo sepas, empezarás a investigar bien todo. Si compruebas
que esta abominación se ha cometido en Israel, sacarás a
las puertas de la ciudad al hombre o a la mujer que cometieron esta fechoría,
y los apedrearás hasta que mueran ... Exigirás las declaraciones
de dos o tres testigos para condenarlos a muerte. Nadie será condenado
a muerte por la acusación de un solo testigo ... Así harás
desaparecer el mal de en medio de ti” (Dt. 17, 2-7).
Por la Biblia también sabemos que había
israelitas que aparentaban ser creyentes y cumplidores de la Alianza,
pero que interiormente no creían y que practicaban religiones falsas
y -lo que es peor- trataban de difundirlas (cf. Dt. 13, 6-11).
Para proteger al reino de esas herejías ocultas, estos herejes
secretos debían ser extirpados de la comunidad. Esta instrucción
de Yavé se aplicaba -incluso- a ciudades completas que se apartaban
del verdadero culto a Dios (cf. Dt. 13, 12-18).
San Pablo también repite este principio
para un caso de extrema inmoralidad sexual y así evitar que el
mal se comunicara a todos: “Mejor hubieran acordado hacer duelo
y echar fuera al autor de esa fechoría” (1 Cor. 5, 13; 6-7).
Así como el pueblo hebreo era el pueblo
de Dios, Europa medieval era una sociedad de reinos Cristianos, los cuales
estaban formalmente consagrados a Jesucristo, el Señor.
Es así como la sociedad medieval era
una amalgama, en la que la Iglesia y el Estado, la sociedad y los individuos,
constituían una sola entidad Católica, que se conocía
con el nombre de “Cristiandad”.
Y estos Cristianos deben haber entendido que
la Biblia requería el uso de sanciones penales para expulsar las
religiones falsas y las herejías fuera de la sociedad Cristiana.
Por ello es comprensible que, a imitación
del pueblo de Israel, procedieran a establecer investigaciones para proteger
la sociedad Cristiana de los herejes, de manera de hacer “desaparecer
el mal de en medio de ti” (Dt. 13, 5; 17,7).
Ya entre 1227 y 1299, en Francia se había
establecido en cada Parroquia una “Inquisición” o Corte,
compuesta por un Sacerdote y dos civiles, con el fin de chequear y prevenir
las herejías.
Pero la Inquisición oficial de la Iglesia
comenzó en 1233, por instrucción del Papa Gregorio IX. Así
decía la carta instructiva: “Al llegar a una ciudad, convóquese
al Obispo, el Clero y el pueblo y dése un sermón sobre la
Fe. Luego escójase algunos hombres de buena reputación para
ayudarles a juzgar a los herejes y sospechosos que sean denunciados ante
vuestro Tribunal. Todos aquéllos que sometidos al examen sean encontrados
culpables o sospechosos de herejía, deben prometer obedecer
completamente los mandamientos de la Iglesia. Si rehusaren, debéis
procesarlos de acuerdo a los estatutos que he promulgado recientemente”.
Si nos fijamos bien, la Inquisición
se dedicaba a descubrir las herejías dentro de la Iglesia y no
era para perseguir a los no-creyentes fuera de la Iglesia. Si nos fijamos
bien, la finalidad del Tribunal de la Inquisición era, primeramente,
lograr una obediencia a la Iglesia, con el fin de prevenir las herejías,
sacrilegios y graves delitos morales. Pero también, si nos fijamos
bien, era fácil que se introdujeran abusos y abusadores, y gente
ignorante e incompetente con demasiada autoridad, etc.
Dentro del funcionamiento conjunto de Iglesia
y Estado, cuando se trataba de una falta realmente grave y los acusados
no se arrepentían y enmendaban su vida, eran entregados a la autoridad
civil, para que fueran castigados según la ley.
¿Quiénes eran los herejes
por los que la Inquisición se estableció?
Se trataba de los Albigenses,
llamados así por la ciudad francesa Albi, pero su nombre inicial
era los Cátaros. Vinieron de Bulgaria hacia el sur de Francia,
Italia y España.
Esta herejía era muy peligrosa, no
sólo desde el punto de vista religioso, sino que constituían
una verdadera amenaza destructora de la sociedad.
El Catarismo era una mezcla de Gnosticismo,
el cual pretendía tener acceso a una fuente oculta de conocimiento
religioso, y de Maniqueísmo, que sostenía que lo material
era malo. Creían en dos dioses: el Dios bueno del Nuevo Testamento
y el Dios malo del Antiguo Testamento, el cual creó lo material
que es malo.
El Matrimonio era una institución condenada
porque legitimaba las relaciones sexuales, las cuales consideraban como
el mismo pecado original. Pero, por otro lado, promovían la promiscuidad
sexual, porque así el sexo podía ser una actividad secreta
y pasajera, mientras que el Matrimonio era permanente, no secreto y legalmente
permitido. Las consecuencias en el orden social de esta equivocada postura
eran evidentes.
Adicionalmente se estimulaban los suicidios
rituales, y aquéllos que no se suicidaban voluntariamente eran
“ayudados”.
Se rehusaban a hacer juramentos, los cuales
eran de rigor en la sociedad feudal, por lo que significaba que se oponían
a la autoridad civil. Los Albigenses eran, entonces, un riesgo moral y
político.
Establecida por los Reyes Católicos
como un tribunal de investigación separado, mediante autorización
especial de la Santa Sede en 1476.
Su propósito era primeramente el de
proteger a los “conversos” (judíos y musulmanes convertidos),
de la retaliación de sus congéneres y así evitar
su recaída a la antigua religión.
La Inquisición trataba de identificar
los verdaderos “conversos”, pues sucedía que, para
obtener ventajas políticas y sociales, muchos “conversos”
se hacían pasar por tales y seguían practicando y difundiendo
su antigua religión y/o uniéndose a diversos grupos heréticos.
Otra finalidad de la Inquisición Española
era dejar libre el buen nombre de muchas personas falsamente acusadas
de herejes.
Así la Inquisición Española
protegió la fe en España de la Reforma Protestante que estaba
causando estragos en otras partes de Europa. Y preservó el modelo
Católico, bajo el cual fue colonizado la mitad del Nuevo Mundo.
Sin embargo, la Inquisición Española
fue cayendo en abusos. De allí que a sólo seis años
de su comienzo, el Papa Sixto IV tuvo que amenazar con penalidades para
los abusos que se estaban cometiendo.
Se referían estos abusos a ciertos
procedimientos que aunque eran comúnmente aceptados por el código
criminal de la época, fueron establecidos como ley en 1492 por
el Gran Inquisidor Torquemada. Se trataba esta ley de la opción
que se ofrecía a los judíos de hacerse cristianos o ser
expulsados de España. Estos procedimientos causaron persecuciones
y abusos, por los cuales se suele condenar la Inquisición Española.
Generalmente cuando se habla en contra de
la Inquisición, los enemigos de la Iglesia Católica se están
refiriendo a la Inquisición Española. Sin embargo las diferentes
Inquisiciones tuvieron lugar a lo largo de un milenio. Inclusive hubo
Inquisiciones Protestantes. La Inquisición finalizó a principios
del siglo 19.
¿Qué se pretende al criticar
a la Iglesia con relación a la Inquisición?
El argumento real subyacente en las críticas
a la Iglesia Católica sobre la Inquisición es el intento
de demostrar que porque pudieron haber abusos a través de esta
institución y práctica eclesiástica, entonces la
Iglesia Católica no es la Iglesia de Cristo.
Pero veamos bien ... ¿Hay católicos
pecadores? Sí, nos declaramos culpables. ¿Que a veces personas
en posición de autoridad puedan hacer juicios erróneos?
Sí, también es cierto. ¿Que algunos católicos
a veces pecan de exceso de celo y no mantienen un equilibrio adecuado?
Sí, eso también sucede.
Ahora bien... ¿significan estos reconocimientos
de culpabilidad que la Iglesia Católica no es la Iglesia de Cristo?
¿Acaso dijo Jesús en algún momento que los miembros
de su Iglesia no pecarían? Todo lo contrario ... ¡Si San
Pedro, el primer Papa, al no más ser nombrado por Jesús
mismo jefe de su Iglesia, pecó y Jesús tuvo que decirle:
“Apártate de Mí, Satanás ... porque tu
modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres” (Mt. 16,
23)! ¡Si, además, la Sagrada Escritura nos relata otros
pecados más de San Pedro, nuestro primer Papa!
Así que lo primero que tenemos que
tener claro y también tenemos que tener pendiente cuando se nos
presente el tema de la Inquisición es que ningún relato
de pecado, abuso, juicios equivocados o supuesta crueldad por parte de
los Católicos puede dejar sin lugar la institución divina
de la Iglesia Católica como la única y verdadera Iglesia
de Cristo.
Y hay que tener claro que dentro de esa Iglesia
por Cristo fundada hay pecadores y hay también santos; malintencionados
y bien intencionados; malos y buenos; impuros y puros. Y que a veces afloran
las acciones de unos o de otros. Pero tenemos la promesa del Señor
de que El estará con su Iglesia hasta el fin de los siglos ...
a pesar de los pecados de sus miembros.
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